9 cm


- Cielo, he encontrado los zapatos para la boda...
- Estoy acojonado...
Sí lo conseguí, desde las 19:30 hasta las 3:30, sobre unos tacones de 9 cm... yo, la pulpita de las chanclas y las deportivas... ¡¡¡Qué alegría!!! Ahora a hacerle la competencia a Doña Letizia.

¡Viva Italia!

Hay unas cuantas razones de peso para adorar Italia: su comida, el italiano, Roma, la vespa y Franco Battiato. Se trata de una mezcla tal, que encantaría a cualquiera y ¿os imagináis cómo sería la conjunción de todas ellas?:

Pongámonos en situación: Roma 13:30h, avanzas rápidamente en vespa, haciendo eses evitando a los locos conductores italianos, y con ese traqueteo continuo de los adoquines del pavimento te diriges por la Vía del Corso hacia la Piazza de Venezia. El hambre acecha y el olor a pizza inunda el ambiente, aparcas y callejeando encuentras ese bonito ristorante cerca de la Fontana di Trevi, ¡qué cognio (coño)! te dices, la pizza para llevar y la vuelta la lanzas de espaldas con la mano derecha por encima de tu hombro izquierdo a las aguas de la Fontana, aun a sabiendas de que te vendría de perlas para un espresso o un helado de tres pisos de postre. Ummmm, exquisito, pero… ¿y Franco Battiato? Rebobinemos...

Roma 13:30h, avanzas rápidamente en vespa, sentada de medio lado y abrazada a... ¡Battiato? ¡¡¡Ah!!! No, ejem, esto pierde algo de encanto... otra vez a rebobinar...

(...) sentada de medio lado, sujetando firmemente la falda con una mano, mientras con la otra abrazas a la mejorada reencarnación de Marcello Mastroianni. No importa el temblor de la moto sobre los adoquines, pero el hambre aprieta y en el ristorante suena "L’animale" de Battiato mientras saboreáis un buen plato de spaghetti…

Ma l'animale che mi porto dentro - El animal que yo llevo dentro
non mi fa vivere felice mai - no me ha dejado nunca ser feliz
si prende tutto anche il caffè - me roba todo, hasta el café
mi rende schiavo delle mie pasión - me vuelve esclavo de mis pasiones
e non si arrende mai e non sa atenderé - sin desistir jamás y nunca espera
e l'animale che mi porto dentro vuole te - y el animal que yo llevo dentro te ama a ti

Tras imitar a la Dama y el Vagabundo, os dirigís a la Fontana y echáis a perder la vuelta con un alegre lanzamiento. Finalmente, de nuevo a la vespa y a reposar la comida en la Piazza de Espagna. En las escaleras te sientas unos peldaños más abajo y te acurrucas en el regazo de Marcello, tras la breve siesta te despiertas en primavera, como en la canción de Battiato, pero en las Rías Baixas. En fin, un sueño perfecto, pero un despertar un poco decepcionante.

Este post va dedicado a The Monch, mi Marcello particular, a Michael Knight, por mi primer paseo en vespa y a la Navaja y Vicisitud por engancharme a Franco Battiato.