NO, No, no, bueeeno, sí, SÍ

De tener que escoger una de las opciones, siendo sincera, me quedo con el "SÍ". Tengo un pequeño gran problema y es que me cuesta mucho decir que no. Ante cualquier petición, por mucha pereza que me dé, siempre acabo la frase con un "por supuesto, sin problema". No quiero que ninguno de mis amigos piense que me siento obligada ante cualquier favor que me pidan. No es el caso, yo aplico la ley abusa de tus amigos que tus enemigos no se dejan y fiel a mis principios, no me quejo de los favores que les hago. La cuestión es que me he parado a pensar y hay numerosas situaciones en las que debería haber dicho que no y he sido incapaz.

Por ejemplo, para el bodorrio del Sr. Roca, donde lucí mi estupendo bronceado y que transcurrió tan bien que debemos de aplicar censura en las fotos a partir de la décima, decidí ir a una peluquería al lado de casa en lugar de a la de toda la vida:

- Hazme un recogido sencillito que esas cosas recargadas no me gustan nada.
Cuando me dejó un espejo para ver el peinado desde todos los ángulos posibles, me resultó imposible no encontrar un mechón cardado y tenía más horquillas que un postizo de Betty Misiego. Tras sugerir algo más sencillo, me quitó 5 horquillas y después de un ¿está bien así? y mi por supuesto de rigor, me fui a casa tras pagar 20€. Cuando llegó The Monch, me encontró en el baño tirando a la basura los 20€ y las 25 horquillas. Pero la cosa no acaba aquí, al llegar a la iglesia, se acercó el novio y dirigiéndose a Petete, a la Marquesa de Quincarallas y a mi nos dijo: "¿Alguna quiere leer las peticiones?" No se me ocurrió decir, aquí, yo, yo, a mi, a mi, levantando mis brazos compulsívamente, pero ante la negativa de las otras dos, a pesar de mi aversión a la santa madre iglesia, acabé en el altar diciendo cosas del estilo: "Por la santa Iglesia, para que Dios le conceda ser siempre la esposa fiel de Jesucristo. Roguemos al Señor." Como venganza particular por el sarpullido que notaba aflorar por mi espalda en dirección hacia el cuello, pícaramente le guiñé el ojo al novio desde el altar.

Desde hace varios años, las asociaciones de drodependientes rehabilitados se pasan por la universidad en diciembre entregando calendarios del nuevo año a cambio de un pequeño donativo. Ni que decir tiene que los calendarios en su inmensa mayoría hacen referencia a cierta paloma que les ha ayudado sobre manera en su recuperación, por lo que acaban olvidados al fondo del cajón. Otras veces, pretenden ser graciosos y ponen, por ejemplo, una bella estampa de dos elefantes en plena caída de Roma con pie de foto: 'fabricando marfil'... Al principio venían las dos asociaciones que conoce todo el mundo en la ciudad, pero ahora han proliferado como los champiñones y cada año te asaltan en el despacho cinco o seis diferentes. Hace poco nos informaron que muchas de ellas son un timo y que gracias al cuento recaudan unos buenos dineros. Mis compañeros ya no sueltan ni un céntimo, en cambio yo, ahí sigo fomentando el engañp, soy incapaz de decir que no al chico con aspecto desaseado por el que tanto ha hecho la asociación de turno.

Ya por último, entre muchas otras cosas, no me resisto cuando me ofrecen lotería nacional o cupones de la once. Pero no me toca ni el reintegro y no consigo dejar de trabajar y dedicarme al vivir del cuento...

Creo que esta noche empezaré la terapia del "NO" delante del espejo y con lo que ahorre me compro la toalla de la playa que odio que se cuele la arena en mis ventosas. Venga empiezo, NO, NO, No, no, no, ummmmm, a lo mejor... ¡¡¡qué debilidad!!!

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso, eso... la terapia del NO delante del espejo y para los calendarios y cupones. No vaya a ser que se nos vaya al traste la "vida marítima conyogur".

The Monch

Petete dijo...

Tocotó, me siento totalmente identificada con lo que dices. También me cuesta mucho decir que NO ante determinadas cosas. Sin embargo en cuanto a los calendarios voy mejorando, este año sólo compré dos de los cinco que nos ofrecieron, y es que me indigné mucho al saber que algunos de ellos (los que no ponen la dirección postal del centro de rehabilitación) son un timo. Tampoco tengo problema por la lotería, todos los años le resuelvo a los alumnos un ejercicio donde calculamos la probabilidad de ganarla, por tanto estoy plenamente convencida de que no tiene sentido...(eso sí, como te toque a ti un día...). Pero hay otras situaciones donde no consigo decir un NO, no es la primera vez que estando muy apurada, algún conocido que me encuentro en la calle me pide que lo acompañe para hacer algún recado, y allá dejo todo como si de algo importante se tratase, por acompañarlo. Lo peor viene después, cuando te das cuenta que no cumpliste con lo tuyo y te entran remordimientos...Que vaya bien la terapia del NO!!!Besos

M Knight dijo...

La de cosas vuestras que descubro en este post. Sí, sí, no sólo de Tocotó, porque Petete siempre se apunta a contar lo suyo. Total, que os agradecería que empezaseis a ensayar el "no" ya mismo, y a la hora de la comida os preguntaré de nuevo: ¿tomamos unas cervecitas esta tarde? Es que si no os lo pregunto pensaré que venís porque no sabéis decir que no...

M Knight dijo...

Evidentemente quería decir "la de cosas vuestras que descubro en este blog", no en este post (que también)

Laura Vila dijo...

Pobre The Monch, se ha acojonao (normal).
Voy a seguir tu ejemplo. No puede ser tan difícil decir que no. Seguro que cuando empiezas ya no puedes parar. Te embalas y te embalas, y eso ya...

Anónimo dijo...

Uissss, si es que no aprenderéis nunca, te voy a dar la misma recomendación que le hice a una amiga la semana pasada. Te vas a la peluuuu y que te peinen pá que quede mas mono y luego ya en casa te recoges lo mechoncitos que tu quieres y a tu gusto ¿has apuntado? Besosss.

Petete dijo...

Por una lado M. Knight tiene usted razón en que yo aprovecho este blog para contar cosas mías también. Me pregunto yo por qué no me creo uno, y así compito con Tocotó. En fin, lo tendré en cuenta.

En cuanto a lo de las cervecitas, yo creo que también se nota cuando es forzado y cuando no. Vamos a ver, ¿ha tenido usted que insistir mucho? Esto influye no se vaya a pensar...Pregunte, pregunte, yo tengo clara la respuesta...

Unknown dijo...

Ay, Tocotó, eres mi "alter ego", sniffff... :-(

Carolina dijo...

Por un momento pensé que me estaba leyendo a mi misma ;-)



Un abrazo,

Anónimo dijo...

Si te sirve de consuelo, nos pasa a casi todos...

Alvex dijo...

Por no saber decir no, yo tengo rifas que no verifico, tengo un montón de pulseritas, calendarios, pins, lacitos y otras cosas que por prudencia me callo.Así que si consigues decir no ¿me podrías enseñar a mí? Aunque claro, si aprendes a decir no, es obvio cuál será la respuesta...

Tocotó dijo...

Bueno, bueno, pues ya veo que es un mal generalizado y sobre todo en el caso de las mujeres o es que pocos hombres visitan este blog.

A ver si convenzo a Michael Knight para que nos dé el truco, aunque como es un experto en decir que no y como bien comenta Alvex, igual es obvia su respuesta...

Mandarina azul dijo...

Bueno, la primera vez cuesta, ya lo creo, la segunda también, la tercera ya menos... y al final, te das cuenta de que no es tan complicado. Eso sí, sigue diciendo "¡Sí!" cuando la persona o la ocasión lo merezca.

Besos :)

Zebedeo dijo...

Ja, voy a aprovechar que no sabes decir que no para pedirte .... que nos enseñes las fotos de la boda a partir de la décima. Anda, di que si, porfa :)

¿Una rifita?

Isabel Burriel dijo...

Un no, bien dicho, a tiempo y con entereza sienta estupendamente, te lo digo yo que aprendí a decir no y lo practico con una naturalidad pasmosa.