
Hemos comenzado la búsqueda de piso hace 3 días y en 72 horas ya nos hemos hecho una idea muy aproximada de lo "bien" que está el mercado de la vivienda... En el momento que dices: "3 habitaciones, 2 baños, garaje y un presupuesto de 240.000 eurazos" el agente inmobiliario se muerde la lengua y su rostro se tansforma haciendo muecas indescriptibles con tal de no descojonarse en tu cara...
Por otro lado, ni The Monch ni yo tenemos esa visión especial que tienen los que son capaces de decir: "¡qué posibilidades tiene este piso!, es una gran inversión" cuando lo único que alcanzamos a ver son 3 huecos mal distribuídos, un plaqueta de cuando Jesucristo perdió el bolígrafo, los encajitos encima de los sofás de skay y ese penetrante olor de ¡señora, ventile coño!.
Ahora mismo estoy en Valladolid en un congreso, pero a la vuelta retomamos la dura búsqueda... Seguiré informando, pero mientras os cuento una anécdota graciosa que me ocurrió ayer mismo en la plaza mayor vallisoletana. Suena el teléfono:

- Hola, ¿está Andrés?
- No, aquí no hay ningún Andrés.
- ¡Ah! Es que yo llamaba por un piso en la calle Venezuela.
- Bueno, yo no soy Andrés, pero estoy buscando piso y si es en la calle Venezuela y con un precio majete me interesa.
- Puff, pues no es el caso. ¿tu novio no se llamará Andrés?
- No...
- Gracias y disculpa.
- De nada, pero si ves algo interesante por ahí, me llamo Tocotó y noto el aliento de hacienda en la nuca.