¡Aleluya!

Ya lo notaba ayer por la mañana, la yema de mi dedo gordo ya anunciaba su salida inminente, sí, ahí estaba el pelo cabujero asomando en la punta de la barbilla… Ya es habitual que me salgan este tipo de pelos de suegra, pero este era diferente, era blanco. A lo largo del día crecía más rápido de lo normal, cuando llegué a casa lo arranqué de un tirón rápido y limpio, pero… esta mañana ahí estaba acechante de nuevo, saliendo con más ímpetu, pero era incapaz de arrancarlo, demasiado corto pensé, pero cuando llegue la tarde te vas a enterar, correrás la misma suerte que tu antecesor. Al poco tiempo, mientras me lavaba los dientes sonó el teléfono:

-"Sí, ya han llegado, puede pasar a recogerlas cuando quiera".

Tantos meses esperándolas y ahí estaban a escasos metros de casa. Desde el 27 de Diciembre The Monch y yo nos preguntábamos si se habrían olvidado de nosotros, si estaríamos desprotegidos durante mucho más tiempo, pero no, ya estaban aquí: habían llegado las sagradas escrituras (del piso y la hipoteca).

No me importa ese pelo blanco que crece sin cesar en mi barbilla, no me importa si me salen algunos más, por fin tenemos un tomo y una página en el registro y la devolución de los escasos restos de la provisión de fondos. Con mis sagradas escrituras en una mano y la mano de The Monch en la otra, voy a separar las aguas de la ría e ir paseando a Cangas.

2 comentarios:

Mary Lovecraft dijo...

Hala, y ahora como remate y siguiendo con lo previsto, a ascender al monte Sinaí donde una zarza ardiente con voz de Supremo te pueda felicitar al final del camino, por lo bien que lo has hecho todo ;)

ah no...que ahora es cuando empieza lo bueno, jeje.

¡Besotes guapísima y felicidades una vez más! ya estabas tardando demasiado en dar señalitas!!

Mary

Tocotó dijo...

Tienes razón como siempre jejeje. Eso de subir al monte con lo vagonetas que soy, como que no me va, casi mejor que venga la zarza ardiente por casa...