La calefacción

En su momento hice un post sobre los pies fríos y ahora que acecha de nuevo el frescor invernal, además de retornar mis helados apéndices, retornan los problemas con la calefacción. Desde abril de este año, The Monch y yo estamos de ocupas en el piso que mis padres abandonaron a cambio de vivir en la playa. El edificio tiene unos 35 años y seguro que se puede demostrar empíricamente que nuestra ocupación ha bajado drástricamente la media de edad de los vecinos y ¡¡¡no somos tan jovenzuelos!!!.

Uno podría pensar que esto es una ventaja, gente mayor acomodada que no da la lata, que no hace ruido y que paga religiosamente la cuota mensual. Pues no, son unos vándalos en las reuniones de la comunidad, hay algún que otro moroso y nuestra vecina de abajo debe de haber provocado una sordera crónica a su pobre marido, cosa de agradecer por otra parte, ya que ahora no escuchamos sus berridos constantes a la hora de la cena...

Sin embargo, lo peor de esta nuestra comunidad es que la calefacción es central y sin contador individual, lo que significa que hasta el 15 de noviembre no se enciende (¡coño!). Esto no es del todo cierto, porque a esta decisión hay que añadir la coletilla de: siempre y cuando no haga un frío excesivo en fechas previas a su encendido. Así que la pregunta que yo me hago es ¿qué son 7 grados de nada?¿es frío excesivo?¿los sabañones son pruebas suficientes para el encendido de la calefacción?¿es necesario que peligre la vida del meñique del pie izquierdo?¿o la de los dos?

El lunes pasado nada más llegar al portal, el dolor de mis pies despertando del letargo invernal, me produjo la suficiente mala leche y decisión como para atacar de lleno al secretario de la comunidad más conocido como "el pinante". Llamo al timbre y "la pinanta" me abre la puerta:

Tocotó: Hola, soy Tocotó la hija del hombre del gas (el anonimato es lo que tiene). ¿Está tu marido en casa?
Pinanta: Sí, viene ahora. (Asoma el pinante por la puerta de la cocina enfundado en una bata gris)
Tocotó: Hola, disculpa que te moleste a estas horas (aun conservaba el suficiente temple para ser educada), una preguntita ¿cuándo se pone la calefacción?
Pinante: El 15 de noviembre, igual lo retrasamos al fin de semana, como hace sol...
Tocotó: Ya... pero se dijo que si hacía frío la fecha era flexible... y verás, en la calle hay sólo 7 grados...
Pinante: Bueno mujer, que tampoco hace frío, con los dias buenos que tenemos últimamente.
Tocotó: Yo no estoy en casa al mediodía y de noche la cama está helada y de mañana cuesta salir de debajo del edredón...
Pinante: Pero a las 12:00 del mediodía en la calle hace calor.
Tocotó: (Vena hinchada) Ya, pero a esas horas estoy en el trabajo, en cambio madrugo y me cuesta salir de la cama (El tono ya no era tan amable, en el fondo significaba: si tú te dedicas a la buena vida, estar de fiesta y sólo estás en casa para la siesta y zampar al mediodía o, eres tan palurdo como para pasar frío porque sí, yo no soy de esas tontaco. Notó el tono...)
Pinante: ¡¡¡Pues yo también madrugo y de noche la cama está helada!!!
Tocotó: ¡¡¡Pues pon la calefacción coño!!! (=entonces es que eres gilipollas)
Interviene la "pinanta" conciliadora:
Pinanta: Es verdad, el problema es que en este edificio hay mucho jubilado... y claro... bien les llega con su radiador...
Tocotó: (RATAS, RATAS, RATAS,...)
Pinante: Además eres la única que ha protestado hasta el momento...
Tocotó: Me da igual, eso no es un argumento, que se ponga ya la calefacción (entré en el ascensor muy digna y para casita)



The Monch me vió llegar con todos mis apéndices congelados pero los ánimos a 100 grados:

Tocotó: Ni te imaginas las explicaciones del "pinante"
The Monch: ¡¡¡Pinante dimisión, por fascista y por cabrón!!!
Tocotó: ¡Que dice que no la enciende hasta el fin de semana!
The Monch: ¡¡¡Pinante dimite, la comunidad no te admite!!!
Tocotó: ¡Que si hay mucho jubilado ocioso! ¡que le den al jubilado! ¡coño!
The Monch: ¡¡¡Pinante cabrón, pon la calefacción!!!

Ya no pude aguantar y rompí a reir a carcajadas, los instantes siguientes coreamos las consignas por toda la casa y fue el mejor desahogo posible. Después, a cenar algo calentito y al sofá a acurrucarse con la manta en el regazo y la sudadera bien abrochada.

Al día siguiente encendieron la calefacción...

20 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡Pinante, capullo, queremos un hijo tuyo!!...bueno no, eso NO

The Monch

M Knight dijo...

Creo que no me había reído tanto con ninguno de sus posts, pese a que la historia no tiene puta gracia. Me alegro de que ya tengan la calefacción, sobre todo en días como hoy en los que vuelve a casa a las diez, con lluvia, siete grados... y después de diez horas de clase.

Anónimo dijo...

Aquí, aquí, aquí no hay quien viva, aquí, no, aquí no,....jejejeje

Tocotó dijo...

The Monch, de hijo tuyo nada, vaya pensando otro lema...

Michael, es verdad que el tema no es de risa, porque pasar frío en tu propia casa es muy desagradable. Antes me peleaba com mi padre para que subiese un grado el termostato y ahora me toca lidiar con el Pinante... Lo mejor de todo es que no aprendo y vamos a comprar un piso con calefacción central, eso sí, la fecha de encendido es el 15 de octubre.

Pelitita, eso sólo hasta el 15 de noviembre, ahora mismo se vive muy bien.

Anónimo dijo...

Lo digo porque en todas las comunidades cuecen habas...ya sabes...secretarios poca sangre y demás familia...que yo aún estoy esperando a que cambien la ventana porque se necesita una reunión de propietarios...qué paciencia...

Anónimo dijo...

Me gusta la guitarra de The Monch apoyada en el sofá, en la foto, preparada para tocar un ela, ela,.... ;)

Tocotó dijo...

jajajaja, es verdad, ya hace tiempo que no la toca, la versión acústica de la umbrella no tiene precio...

A ver si los poca sangre le cambian rápido la ventana que ahora que se acabó el veranillo gallego no quiero que peligre ese salón tan mono que tiene.

Isabel Burriel dijo...

Los momentos manta en el sofá son mis favoritos y si hace fresquito se pone uno muy pegadito al otro.
Menos mal que yo tengo calefacción individual pues efectivamente, por la mañana hace un fresquillo al salir de la cama que "pa qué".

Un beso

Anónimo dijo...

A mí no me parece gracioso, pero no la cuestión del frío, sino lo de las discusiones con los vecinos. Es de lo más hartante. Yo he sido de las que NO han pensado: "que esto es una ventaja, gente mayor acomodada que no da la lata, que no hace ruido y que paga religiosamente la cuota mensual. " Porque ya sé lo que hay. Qué terrible.

Me alegro de que al final lo pusiesen.

Es que no tiene sentido que las calefacciones sean centrales. Cada uno debería tener la suya y gastar lo que quisiese. Porque también puede ocurrir lo contrario y que esté demasiado alta y a uno no le guste. O si, por ejemplo, no estás en el piso un tiempo (como era el caso del vuestro hasta hace nada y será otra vez dentro de nada) gastas el mismo dinero en calefacción que si sí estás. Cuánto me alegro de que el señor padre de usted (el del gas) nos guiase para instalar nuestra caldera.

Cervecerix dijo...

Si es que con estos vecinos uno acaba por hacerse una hoguera en la casa y todo! :-P

noemi guzik glantz dijo...

espero no hayas pasado del frío tempanoso al calor bochornoso....

la nena dijo...

Bueno te saliste con la tuya y encima acabó el día a carcajadas!!
Yo tengo portero en el edificio, y algunos findes cuando se va al pueblo se le olvida dejarla puesta para el finde...Nos hace una gracia....

Vicisitud y Sordidez dijo...

Llorado he de la risa.

Me alegro de haber sido un Dillinger de la vida en ese piso, me ahorré saber úé era realmente esa comunidad. Aunque los highlights siguen siendo un gilipollas con bigote que subía al primero para coger el ascensor si existía riesgo de coincidir en éste con nuestro señor padre y, por supuesto, el encontronazo de Vitorino con el fascista de Benito, al que amenazó - merecidamente - con deshacerle los huevos a navajazos como ya hicieran con el hijoputa de su padre (uno que denunciaba a los rojos en la posguerra para que asín los fusilasen).

La pena es que no ubico al pinante.

Anónimo dijo...

No se olvide, sra. Tocotó, de que tendrá que enseñarnos a la gloria de su hermano y a una servidora su nueva adquisición inmobiliaria este domingo. A mí me encanta ver pisos. Y, por lo que contaban, tiene pinta de ser muy chulo.

Anónimo dijo...

..pasaba por aqui...y eso

Tocotó dijo...

ah...

Anónimo dijo...

Ay Tocotita, cómo te comprendo! yo es que el frío lo llevo fatá y eso que ahora que me vine a vivir a los nortes me adapté bien eh!!

bueno niña, qué paradito tienes tu sitio no? ten cuidado a ver si se te fosiliza como me pasó a mí con el soliloquio por cierto, que ya no existe, ya te puedes quitar ese link.

besos guapa.

Unknown dijo...

No soy muy de sutilezas, pero:

pereza.

(Del lat. pigritĭa).


1. f. Negligencia, tedio o descuido en las cosas a que estamos obligados.

2. f. Flojedad, descuido o tardanza en las acciones o movimientos.

3. f. Ven. perezoso (‖ mamífero desdentado).

sacudir la ~.

1. loc. verb. Vencerla.

2. loc. verb. Emprender o continuar con buen ánimo una tarea o diligencia.

(RAE dixit)

Besossss ;-)

Dylan dijo...

Los vecinos son lo peor pero por lo menos te hicieron caso :)
Y encima no piensan en los que madrugamos y vamos a currar o estudiar y no a tomar la cervecita a la una.(Bueno a veces también pero...)

Zebedeo dijo...

Vale, vale, yo últimamente no me prodigo mucho escribiendo (ya sabes, el trabajo) pero lo tuyooooo. O muchos exámenes estás poniendo ooooo ¡Te fuiste a Brasil y no avisaste!