Ocho cosas sobre mi que no sabéis

Mi querido Vicisitud me ha incluido en unos de esos memes a los que siempre he tenido manía y que pensé que nunca me tocaría contestar, pero viniendo de él y tras leer sus fantásticas confesiones no me queda más remedio que cumplir, así que ahí van:

1. Soy muy miedosa y asustadiza y no me gusta nada la oscuridad.

2. Puedo parecer muy extrovertida y lanzada pero en el fondo soy una persona muy tímida.No soporto que me graben en vídeo y cuando lo hacen, me quedo petrificada. Aun recuerdo mi tartamudeo y mi falta de memoria cuando, hace unos años, la telegaita me preguntó por The Pretenders instantes antes de que empezase el concierto. No me acordé de ningún título por lo que, mientras la cámara me enfocaba, le preguntaba impaciente a The Monch por cada canción, sonreía como el Cordobés y tartamudeaba al mismo tiempo. Como no, no salí en la tele, pero The Monch tuvo sus segundos de gloria. Desparpajo que tiene el chico...

3. Me revienta que me agarren de los brazos y no poder moverme a mi antojo, es como una especie de brazoclaustrofobia. ¿Será porque gesticulo mucho cuando hablo?

4. Me ponen nerviosa las arrugas en los manteles o las alfombras, los cuadros torcidos y determinados sonidos, como el de comerse las uñas, o masticar con la boca abierta... Parezco un poco maniática, pero se me aguanta bien.

5. Dicen que conduzco bien, aunque soy un poco brusca y de claxon fácil. De todos modos lo mío es el claxon docente, es decir, un pitido de Tocotó="que sepas que lo que has hecho está mal y ni se te ocurra volver a repetirlo". Eso sí, cuando estoy un poco nerviosa el claxon va acompañado de todo tipo de improperios más propios de una camionera que de una pulpita con clase.

6. Como buena gallega añado el típico -iñ@ a multitud de palabras y en multitud de ciudades NO gallegas. El graciñas no lo suelto, pero el hombriño y el mulleriña tampoco y acabo pasando una vergüenciña tremenda.

7. Unos carnavales me disfracé de Sabrina Salerno con unas macrotetas postizas, un top negro de terciopelo de mi santa madre y un short vaquero. Por aquel entonces tenía el pelo corto y gafas de pasta tamaño azafata del 1, 2, 3. Menos mal que fui consciente de las pintas y al final no salí de casa de esa guisa.

8. Un día tuve un pequeño apretón en el Corte Inglés y cuando accioné la cisterna noté como el agua ascendía y ascendía sin trazas de volver a bajar. Huí despavorida ante la mirada atónita de la señora de limpieza que entraba en los baños en esos momentos. Seguro que todavía se está acordando de toda mi familia pulpeira...

Creo que ya es suficiente por hoy, además como soy buena no pasaré este meme a nadie, eso sí que todo el mundo se sienta libre de contar sus intimidades cuando quiera y por supuesto que me avise...